Es cierto que, en la actualidad, el PRFV ya no contiene sustancias cancerígenas. Sin embargo, durante el procesamiento, especialmente al rectificar, se genera polvo fino de fibras, que se puede inhalar en parte. Esto quiere decir que su diámetro es inferior a 3 μm y su longitud inferior a 5 μm. Este polvo fino penetra en las vías respiratorias. Llega hasta los alvéolos y se deposita en ellos. La inhalación frecuente de este polvo fino puede provocar enfermedades crónicas (como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC).
Un vistazo a la producción de palas de rotor de un fabricante líder europeo de turbinas eólicas muestra la mejor manera de aspirar el polvo de PRFV. Las palas del rotor, que tienen hasta 75 metros de largo, están hechas de productos de PRFV semiacabados y, mediante los procesos de rectificado, se les da el contorno perfecto con una superficie lisa.
Para esta tarea, la empresa solo utiliza rectificadoras manuales con aspiración integrada. El polvo de rectificado se aspira directamente en el lugar en el que se genera y se conduce a una aspiradora Ruwac para zonas explosivas pulverulentas (zona 22) a través de largos tubos flexibles. Esto también se aplica a otros procesos de mecanizado, como el aserrado y el taladrado. También se requiere un rectificado intensivo al trabajar los bordes, lo que también genera polvo, virutas y rebabas que deben aspirarse.
La aspiración directa no solo evita riesgos para la salud de los empleados, sino que también impide que el polvo de rectificado se deposite en la superficie de las palas del rotor y afecte a su calidad. Además, la integración en la herramienta garantiza un trabajo ergonómico.