La pregunta es sencilla, pero la respuesta está lejos de ser obvia. Y es que el polvo de magnesio es altamente inflamable y peligroso para la salud. ¿Cómo se aspira entonces? En principio como cualquier otro polvo, pero con una aspiradora específicamente desarrollada para un polvo tan «peligroso». Así es exactamente como lo hace un fabricante de aditivos para la producción de acero. La empresa mezcla diferentes tipos de polvo que se añaden a las aleaciones. Dependiendo de la mezcla que se vaya a crear, un sistema de llenado extrae el polvo fino de diferentes big bags. El polvo se mezcla bien y se vuelve a llenar en una big bag. Al hacerlo, es inevitable que se libere polvo, que debe aspirarse, recogerse y eliminarse de acuerdo con las normas. Debido a que, como se ha mencionado antes, el magnesio es peligroso, la aspiradora (hecha a medida por Ruwac) consta de tres sistemas individuales. En la etapa 1 de este trío de aspiración se interviene directamente en el proceso de mezcla, en el que se vuelven a filtrar los componentes de la mezcla (seis como máximo). El polvo que se desea eliminar se aspira a un ciclón de dos metros de altura a través de tuberías de 250 mm de espesor. Esta es la primera parte del trío, que recoge la mayor parte del polvo residual y lo deja caer con un movimiento giratorio en una cuba móvil. Las partículas restantes pasan a la etapa 2: el separador húmedo 250 AM, con una capacidad de alrededor de dos metros cúbicos y dos filtros de polvo residual previos. No se le escapa (casi) ninguna partícula de magnesio. El trío se completa con el ventilador de aspiración. El accionamiento del sistema de aspiración está diseñado de manera que la aspiración de polvo muy fino no deje polvo residual en los conductos. Así se garantiza la seguridad operativa y laboral necesaria, además de ser una solución económica. El sistema se planificó de manera personalizada, pero los tres componentes provienen del catálogo estándar de Ruwac.